Se rio con esa risa que sale desde la profundidad de la panza y recorre todos "los cañitos que tenemos dentro"( asi dice ella )
Porque muchas mañanas en medio del silencio del aula, mientras la Seño escribe en el pizarron, los cañitos dento le hacen ruido.
Se rio con los cuentos, inmensamente igual a la cantidad de agua caida por la lluvia que inundó el barrio donde sobrevive, embarrado cada vez q sucede.
Cuando empecé a guardar los disfraces en la valija, se me acercó, me miro con timidez y soledades diarias y me dijo:
-Gracias Daniel- y se quedo ahi, quietita, al ladito mio, abrazada y dando golpecitos con sus dedos en mi valija.
Al rato veo que la maestra la está retando a los gritos pelados, porque corría feliz por el patio y se reía y los cuentos se le salían de las manos y de los piecitos.
La voz de la pibina estalló contra las paredes de la escuela.
Ahora tenía dos inundaciones.
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